22 AÑOS DE LA ÚLTIMA PELEA MUNDIALISTA EN SÁENZ PEÑA

Carlos Gabriel Salazar es una de las grandes personalidades que ha dado Sáenz Peña. Su nombre ha quedado en la historia por las dos consagraciones mundialistas en “mosca” y “supermosca”. Pasaron ya 22 años de la última pelea por un título ecuménico en la Ciudad Termal, cuando en 1998 venció al puertorriqueño José “Carita” López.

  Es uno de los hijos dilectos de la ciudad, más allá de haber nacido circunstancialmente en Capital Federal. Su padre, “Cacho” Salazar, quien había sido campeón latinoamericano amateur en “pluma”, lo inició en el boxeo. La disciplina y la constancia fueron sus aliados y principales virtudes en una carrera que empezó a dar sus frutos, casi en el epílogo.

  Las décadas del 70 y del 80 habían posicionado a Sáenz Peña como una de las plazas pugilísticas más importantes del país. Los combates de Salazar con Roberto Schoning, fueron constituyéndose en un clásico, como en otro momento fueron las de “Gatiquita” Casco y “Kid Belleza” Alegre.

  Sin embargo, por distintas circunstancias, se fue apagando ese entusiasmo y por un buen tiempo la actividad boxística de la “termal” pasó casi inadvertida. Hasta que en la década del 90, Carlos Salazar volvía a instalar a Sáenz Peña en el contexto mundial. Fueron tres chances frustradas en el ámbito del Consejo Mundial de Boxeo, en complicados escenarios.

  Pasaron así Sot Chitalada en Tailandia (1990), Sung Kill Moon en Corea (1993) e Hiroshi Kawashima en Japón (1994). A punto de cumplir 30 años, la decepción pudo haberse apoderado de él. Pero fiel a sus convicciones, no desfalleció y, por el contrario, fue por más. “Sé que las dos primera peleas gané, pero no se me dieron. Nunca pensé en bajar los brazos, porque estaba bien, con mucha fortaleza”, rememora hoy.

  Desde su debut a los 21 años, con un nocaut ante Roberto Ledesma y con Carlos Monzón en su rincón, nunca el camino fue sencillo. Diez años después, a los 31, llegaría el primer título mundial. Fue el 7 de octubre de 1995 cuando venció en Mar del Plata al colombiano Harold Grey para consagrarse en “supermosca” de la FIB. Tras una defensa exitosa con Antonello Melis en Roma, resignó la corona en un nuevo duelo con Grey en Cartagena de India.

  Entre el 96 y el 98, dos años intensos de gloria

  En 1996 comenzaría el despegue de Carlos Gabriel Salazar en “mosca”, su categoría natural. La derrota con el colombiano pudo digerirse rápido porque ocho meses después, en diciembre, conquistó el título de la Organización Mundial de Boxeo que le arrebató al mexicano Alberto “Ratón” Jiménez en el microestadio de Lanús, con un recordado nocaut en el décimo round.

  Era su momento, por el que había luchado toda su vida. Pasaron luego las defensas exitosas frente a Antonio Villasana Ruiz en dos ocasiones (una en Sáenz Peña), Salvatore Fanni en Italia, Everaldo Morales en el Club Regatas Resistencia, y José “Carita” López en el Club Acción de Sáenz Peña.

  Pasaron 22 años desde aquel combate con el puertorriqueño, que lo ganó por puntos, en decisión unánime, luego de doce asaltos. Fue el 21 de marzo de 1998, con un estadio repleto que vitoreó el nombre de su ídolo, que a los 33 años le daba a la ciudad, sin saberlo, el último espectáculo mundialista.

  “Era una defensa con el número 1 del ranking y buen pugilista, por lo tanto la más difícil. La localía era importante para estar más motivado a retener el título”, rememora Salazar aquella pelea en “La Calderita” de calle Laprida, luego de intensas gestiones realizadas por el entonces intendente Víctor Lapasini y el promotor Luis Clavero, hombre clave en sus inicios.

  Las ansias de superación

  El ex monarca mosca y supermosca admite que era su época de gloria. “Estaba pasando por buen momento, haciendo las defensas  mundialistas, y era cuando mejor estaba”, aunque tampoco se olvidó de las derrotas que lo fortalecieron. “Seguí con la mente firme porque el error no era yo, continué y nunca bajé los brazos, y lo logré, para que mi querida ciudad, Sáenz Peña y el Chaco, tengan un campeón mundial”.

  Tras ese combate, su carrera terminaría abruptamente en la siguiente defensa. Fue el 14 de agosto de 1998, cuando en Mexicali perdió con Rubén Sánchez León luego de un golpe fuera de tiempo, cuando ya había sonado la campana, que le provocó una fractura en el maxilar.

  Desde su debut profesional, el 7 de diciembre de 1985, Carlos Gabriel Salazar realizó 58 peleas, de las cuales ganó 47 (19 nocaut), perdió 8 y empató 3. Hoy, a los 55 años, disfruta no solo de aquellos recuerdos, sino también de su propio gimnasio, de su esposa, sus hijos y sus dos nietas. Y no es poca cosa.