EL INTERIOR SIGUE SIENDO EL PATIO TRASERO DE AFA

Todo el relato de la AFA y del Consejo Federal se derrumba en la práctica, cuando hay dinero para repartir y la mayor tajada queda entre pocos o la distribución no es pareja. No hay justificativos que valgan, a partir de que buena parte de los 74 millones de pesos que llegaron a la casa de calle Viamonte para darles a los clubes, no muestra equidad.

  De acuerdo con lo publicado por la página web “Doble Amarilla”, el dinero que provino de los proyectos de Desarrollo Foward de la FIFA, y Evolución de Conmebol, debía tener como destinatario a los clubes que estaban en competencia, y que por la cuarentena que provocó la pandemia del coronavirus, tuvieron que interrumpir ese ritmo.

  Pero una vez más (y van…), la mayor parte del fútbol que se origina y practica en el interior del país, ha quedado al margen. Porque a las instituciones que se hallaban participando en el Torneo Regional Federal Amateur, literalmente las han ignorado, y a los del Federal A los han “convidado” con algo, como si fuese una aspirina para calmar un dolor de muela.

  Es entendible que los clubes de la Superliga reciban una mayor proporción, aunque en este caso se los equiparó sugestivamente con los de la Primera Nacional donde, curiosamente, juega el Club Atlético Barracas Central que preside el “Chiqui” Tapia. Sí, el mismo que es presidente de la AFA. El equipo marcha antepenúltimo en su grupo, apenas arriba del penúltimo que es Mitre de Santiago del Estero, la provincia del presidente del Consejo Federal, Pablo Toviggino.

  Cuánto le tocó a cada categoría

  Los 24 clubes de la Superliga y los 30 de la Primera Nacional cobrarán 1.000.000 de pesos cada uno, recibiendo la categoría de ascenso seis millones más que la división superior. En total quedarán allí 54 millones, y los 20 restantes serán para las otras tres categorías metropolitanas y el certamen de ascenso de los clubes del interior.

  Allí es palpable claramente la disparidad. Es que mientras los 18 clubes de la B Metropolitana percibirán 500 mil pesos cada uno, los 30 del Federal A (que equipararían la categoría) cobrarán 190 mil por institución. Es evidente la desproporción cuando se observa que el total es de 9 millones para los bonaerenses, y 5,7 millones para los clubes del interior, que además tienen más kilómetros por recorrer en la competencia y un camino más largo para el ascenso.

  Incluso dos clubes del área metropolitana deben jugar en otros estadios. Por un lado Acassuso tiene una capacidad de 800 personas, y por otro Fénix ni siquiera cuenta con uno propio que pueda habilitarse para esta competencia (está siendo construido), contrastando con los chaqueños For Ever y Sarmiento por su capacidad y convocatoria.

  Pero no queda todo allí, porque la C Metropolitana percibirá más dinero que los del Federal A: los 19 clubes que compiten se harán acreedores de 200 mil pesos cada uno; y los 15 de la Primera D tendrán depositados 100 mil pesos per cápita en sus cuentas.

  Falta de criterio y de aplicación lógica

  En este contexto, la pregunta que cabría es cómo pudo haberse resuelto la situación para que todos reciban “algo”. Sin ser un genio matemático, la propuesta no es descabellada: Manteniendo el millón de pesos para cada club de la Superliga, se podría haber dispuesto que los clubes de la Primera Nacional reciban (por ejemplo) 750.000 pesos, una cifra lógica por ser una categoría inferior.

Sportivo Pampa se quedó sin nada, como todos los clubes del Regional Amateur.

  El monto total, en vez de ser de 30 millones, hubiera sido de 22,5 y quedarían 7,5 millones para destinarse al Regional Amateur. Si se tenía en cuenta a los 189 equipos participantes, cada uno hubiera percibido 39.682 pesos, prácticamente el costo para afrontar de local una fecha del certamen. Pero si sólo abarcaba a los 98 que accedieron a la segunda fase, la cifra se elevaría a 76.530 pesos.

  Mientras las exigencias son cada vez más a nivel del Consejo Federal hacia las ligas y los clubes, las ideas parecen escasear en la cúpula directiva cuando del interior se trata. Y no es victimización, es un dato de esta triste realidad que se repite en el tiempo.

  El interior del interior, en angustia permanente

  La angustiante situación es aún más profunda en el interior de la provincia del Chaco, donde las ligas pugnan por poder mantener a sus clubes dentro de sus instituciones y con una competencia oficial que cada vez es más onerosa, más allá de ser amateur. Al mismo tiempo, los dirigentes de esos clubes intentan sobrevivir a una crisis que parece no tocar fondo.

  De manera permanente las ligas han venido insistiendo con sus reclamos por un trato medianamente equitativo con Resistencia, donde el acceso a ciertos “beneficios” pareciera ser menos complicado. El vínculo con la clase política y la cercanía con los distintos organismos del estado, también es una ventaja en relación con quienes deben transitar cientos de kilómetros y esperar ser atendidos por vaya a saber quién.

  Ese mismo destrato que hoy padecen de la AFA y del Consejo Federal tanto For Ever como Sarmiento -sin dudas los dos equipos más representativos del Chaco-, lo sufren histórica y permanentemente la mayoría de los clubes del interior, que muchas veces prefieren callar para ver si por ahí “ligan algo”.