El fútbol que se juega en nuestra tierra está lleno de historias de esfuerzo, sudor, lágrimas, alegrías y satisfacciones. En nuestro fútbol todo es cuesta arriba, más aún cuando las últimas noticias hablan de eliminaciones de torneos que solo centralizan aún más el fútbol en Buenos Aires.
Pero más allá de eso, en el fútbol del interior todo cuesta el doble y eso es lo que entendieron los jugadores y cuerpo técnico del Club Atlético Juventud Cooperativista de nuestra ciudad, que con el sentimiento al hombro y un enorme corazón solidario se pusieron la “10” por su amado club.
Un grupo compuesto por jugadores, cuerpo técnico y algunos directivos con su pasión a cuestas, decidieron hacer algo por su club y es así que trabajaron en silencio por varios días para lograr que su casa pueda estar en mejores condiciones.
Con el aporte y el esfuerzo de todos, hicieron trabajos de desmalezamientos, limpieza de todo el predio, pintaron muros, repararon el tejido olímpico, realizaron mejoras en zona de vestuarios y restablecieron el sistema lumínico, que será inaugurado el próximo viernes cuando juegue un partido amistoso (en horario nocturno lógicamente) con el Club San Lorenzo de Legua 4.
¿Quién no se acuerda de esas noches a puro fútbol de los torneos comerciales?; ¿Quién no probó esos choris de la Coope?; ¿Quién no jugó en cancha de Cooperativa alguna vez? ¿Por partidos de Liga, un “fulbito” con amigos, un “25” o unos penales?; ¿Quién no alentó alguna vez a su equipo en los torneos federales? Porque en esta cancha han sido locales muchos equipos, hasta algunos que ya no existen.
Sin lugar a dudas el estadio de Juventud Cooperativista, ese al que todos llamamos “la Coope”, fue testigo de grandes alegrías y tristezas de nuestro fútbol, es historia viva y un sitio emblemático de nuestra ciudad. A cuántos quitilipenses que hoy residen en distintos puntos de nuestro país, se les ponen los ojos llorosos y se le vienen a la mente miles de imágenes y recuerdos que vivieron en este estadio.
Hoy en día este grupo de personas están dispuestas a recuperar al coloso de cemento, están dispuestos a recuperar esas historias y generar historias nuevas. Son pequeños gestos de personas con mucha grandeza, que hoy están despertando a un gigante dormido, le han devuelto la visión nocturna a la meca del fútbol quitilipense, para iluminar sus ilusiones y encender sus sueños.
TEXTO Y FOTOS: Leandro Canteros Valls (Quitilipi)