El Club Atlético San Lorenzo, del barrio Sarmiento de Sáenz Peña, está cumpliendo 84 años de vida. Nació el 27 de febrero de 1937 y desde entonces ha sido protagonista de distintos momentos históricos de la segunda ciudad de la provincia, no solo en el plano deportivo sino también en lo social y cultural.
Es una de las instituciones más populosas de la “Ciudad Termal”, con una hinchada que mantiene a rajatabla su fidelidad a los colores. Por ella pasaron innumerables figuras con relevante presencia en la comunidad saenzpeñense y futbolistas que marcaron toda una época.
La primera Comisión Directiva tuvo como presidente a Emilio Fabre, miembro de una familia tradicional de aquel tiempo y con protagonismo en distintas instituciones del medio. Otra de las personalidades recordadas por su calidez humana y su generosidad es la de Silvio Derka, quien efectuó la compra del terreno de casi cuatro hectáreas y lo donó a su querido “azulgrana”.

Tenía un almacén de ramos generales en la céntrica esquina de calles 12 y 5, y por allí también pasaron buena parte de los distintos planteles del “santo”. En calle 7 y 34 del barrio Sarmiento se emplazó el club que supo ser escenario de notables partidos con equipos de trascendencia nacional, y también cenas de gala que permitieron su crecimiento en infraestructura.
Entre algunos dirigentes que aún hoy se rememoran por su trabajo en el club se mencionan apellidos como los de Araujo, Ruiz (gerente de Blanco y Negro), Albarracín, “Chiche” Gómez (gerente del Banco del Chaco), Carol, Salto, Caro, Minich, Reinier Fodrini, Comán, y el contador René Piccini.
Durante la gobernación de Florencio Tenev se logró enripiar la calle 7 frente al club, y en la gestión de Jorge Capitanich se pavimentó y se realizó un playón deportivo. En el ámbito deportivo es permanente protagonista de torneos liguistas y del Consejo Federal, y actualmente compite con primera y tercera división, pero además cuenta con fútbol femenino y gimnasio de boxeo a cargo de Ángel “Cacho” Caro.
Las presencias de River y Boca
Las visitas de River Plate y Boca Juniors en la década del 70 se mantienen como hechos destacados en la rica historia sanlorencista. El “millonario”, que llegó antes del Mundial de 1978, era dirigido por Ángel Labruna y su presencia tuvo una desbordante concurrencia de espectadores, coronando el gran esfuerzo realizado por la dirigencia de ese tiempo.

Aprovechando ese éxito, de inmediato la CD decidió traer también al “xeneize”, conducido por Juan Carlos “Toto” Lorenzo. Pero la historia no fue la misma, porque el equipo se había presentado en el club Lipton de Corrientes, hubo desmanes y buena parte del plantel quedó preso.
Llegaron a Sáenz Peña jugadores de menor talla y el acompañamiento no fue el esperado, debiendo cubrirse gran parte de los gastos con la buena recaudación que se había obtenido con los riveristas. Ambos planteles se alojaron en un hotel de calle 17 entre 10 y 12, a escasos metros de donde se hallaba la terminal de ómnibus.
Los corsos y espectáculos de jerarquía
Argentina transitaba los últimos años de la dictadura militar y en vísperas del arribo de la democracia a nuestro país, tomaba la conducción del club el empresario Manuel Hricuk, en cuyo período se presentaron espectáculos de gran jerarquía. Con los fondos obtenidos se pudo lograr el cerramiento del club con muro perimetral, construir las tribunas de material y el túnel.

Aún hoy se recuerdan las multitudinarias cenas en distintos aniversarios del club que se concretaban en la cancha y con orquestas de distintos puntos del país. En esa línea, junto con LT 16 se contrató al cantante Raphael, que venía de llenar el estadio “Santiago Bernabeu” del Real Madrid pero fracasó en su primera presentación en Argentina, que fue en Sáenz Peña.
Pero uno de los espectáculos más convocantes fueron los corsos, que durante muchos años se realizaron por calle 12 con la presencia de comparsas locales pero también de otras agrupaciones como Ara Berá y Copacabana de Corrientes. En un momento, llegó un contingente de Paso de los Libres con 17 colectivos de la empresa Pluna de Brasil, a partir de gestiones realizadas por el entonces dirigente Humberto Carol.
La frustración del “Estadio único”
En 1981 San Lorenzo tuvo la oportunidad de contar con instalaciones únicas en Sáenz Peña, a partir de haber sido designado para construirse allí un “Estadio Único”. El presidente de la Liga Saenzpeñense de Fútbol era Natalio Jovanovich, y como secretario estaba el “Flaco” Ojeda.

El financiamiento iba a producirse con dinero proveniente del Prode (Pronósticos Deportivos), juego que reunía millones de pesos. Por distintos motivos no habían sido elegidos los estadios de Sportivo, Belgrano ni Aprendices, y cuando estaba a punto de concretarse, todo quedó en la nada.
Según recuerdan algunos memoriosos que participaron en aquella trascendental reunión, un dirigente de uno de los clubes de la ciudad (ya fallecido) trajo a colación que la letra chica establecía que el dinero del Prode debía volcarse al fútbol infantil y no a infraestructura, y a partir de este acto de mezquindad, Sáenz Peña quedaba una vez más relegada.